Hoy en día, Harry Potter es sinónimo de éxito en taquillas, y en ventas de libros. Sus últimos videojuegos han sido increíbles éxitos en ventas, y tenemos ante nosotros esté último, con novedades, y cambios respecto a los juegos anteriores.
En Harry Potter y el Misterio del Príncipe, Harry vuelve al Hogwarts una vez más, y todo es más tenebroso y siniestro que nunca. Nada más llegar el tren, Harry espía a Malfoy, que le descubre y le golpea. A partir de ese momento tendremos que tomar las riendas de nuestro personaje, y guiarlo por la historia del juego, consiguiendo los emblemas y completando los diversos objetivos que se nos proponen.
Entre las nuevas incorporaciones destacan el poder pasear (y correr) por los terrenos y el castillo (no estaba disponible en, por ejemplo, Harry Potter 4), y sigue habiendo algunos minijuegos, como crear pociones, o volar con la escoba. Este último hay que destacar que se hace muy aburrido porque lo unico que hay que hacer para coger la snitch es apuntar con el mando a la pantalla, con lo que consigues que Harry modifique solo un poco el rumbo prefijado.
En cuanto al aspecto del juego, los gráficos son bastante trabajados, con un alto nivel de realismo, para lo que se suele ver en la Wii, aunque los objetos pequeños no se ven, los personajes guardan en el bolsillo en ocasiones objetos «invisibles». El sonido está bien trabajado, con melodías similares a las de la película (excepto la del Fenix felicis), pero los dobladores siguen hablando como si fueran tontos.
La trama está trabajada, con misiones y objetivos razonablemente dentro del contexto del mundo mágico, aunque una vez se ha avanzado se hace repetitivo el ir a hacer pociones, y batirse en interminables duelos.
En conclusión, tenemos ante nosotros el último juego de la saga de Harry Potter, que tiene algunas limitaciones pero merece la pena probar, porque engancha.